Hace 75 años, un hito trascendental en la historia de la humanidad tuvo lugar en París, Francia. La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos el 10 de diciembre de 1948. En la redacción y adopción de esta Declaración, fue esencial la contribución de mujeres líderes, quienes abogaron por la igualdad y la libertad sin discriminación. Este documento, compuesto por un preámbulo y 30 artículos, establece principios básicos de los derechos y libertades fundamentales que todos los seres humanos deben disfrutar, constituyendo un estándar común al que todas las naciones y pueblos deben aspirar. Desde entonces, cada año conmemoramos el Día Internacional de los Derechos Humanos.
El camino hacia la plena realización de los derechos humanos no ha estado exento de desafíos, siendo con frecuencia vulnerados en escenarios de conflicto armado y recordándonos que la defensa de derechos es una tarea permanente y que requiere de múltiples esfuerzos para el mantenimiento de la paz.
En este panorama las organizaciones de sociedad civil constituyen una fuerza movilizadora en la exigencia por la garantía y protección de derechos. En el contexto nacional, la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento - CODHES ha desempeñado un papel importante en documentar y abogar por los derechos de las personas desplazadas internamente en Colombia debido al conflicto armado, violencia y otras violaciones de derechos humanos. En los últimos años, CODHES ha logrado avances significativos en procesos de incidencia política, la construcción de redes y la interlocución con el Estado.
Promover la garantía de los derechos humanos de las víctimas es imperativo para la paz. La acción de las mujeres y niñas ofrece un enorme potencial para el cambio transformador. Es por ello que el Proyecto “Participación, diálogo e incidencia de mujeres/niñas víctimas de desplazamiento forzado y confinamiento para formular propuestas y hacer seguimiento a políticas públicas de atención y protección” implementado por CODHES con el apoyo de ONU Mujeres, el Fondo para las Mujeres, la Paz y la Acción Humanitaria - WPHF y el Fondo Multidonante de Naciones Unidas para la Paz, centró sus acciones en el fortalecimiento de capacidades de liderazgo y empoderamiento de más de 100 mujeres y niñas víctimas del conflicto armado en la Subregión del Telembí y Piedemonte Costero Nariñense.
Este proyecto fue adelantado en los municipios de Barbacoas, Magüí Payán, Ricaurte y Roberto Payán, reafirmando el papel de las mujeres afrodescendientes e indígenas como constructoras de paz, a través de la puesta en marcha de la Escuela Étnica Itinerante de Participación, Protección e Incidencia.
Con un total de ocho módulos, la Escuela Étnica Itinerante abordó la formación en derechos humanos, género, normatividad y rutas de atención a víctimas del conflicto, derechos étnicos, prevención y protección, mujeres y paz, nuevas masculinidades, fortalecimiento organizacional y control social. De manera transversal, mujeres y jóvenes fueron capacitadas en herramientas para narrar historias desde una mirada de comunicación de soluciones.
Durante su implementación, la Escuela propició el intercambio de saberes y la integración regional con la participación activa de mujeres lideresas y defensoras de derechos humanos e integrantes de los Consejos Municipales de Juventud de los municipios mencionados y garantizó la multiplicación de saberes a través de una estrategia de formación de formadoras.
Para Mariela Mesa, lideresa del Distrito de Tumaco y formadora de la Escuela “El conocer y apropiarse de los derechos no sólo construye paz, construye desarrollo y bienestar. También construye asociatividad como nosotras las mujeres nos unimos para trabajar en red”.
Asimismo, la Escuela brindó la Clase Abierta de Derechos Étnicos, una serie de cinco vídeo-clases con la participación de reconocidos liderazgos y personas expertas en la materia. Esta apuesta formativa de la Escuela Étnica Itinerante, desarrollada de manera virtual, proporcionó una herramienta digital para que cualquier persona interesada pueda conocer de normatividad nacional e internacional sobre los derechos de los Pueblos Indígenas y Afrodescendientes para su apropiación al interior de los procesos organizativos y exigibilidad en la puesta en marcha de políticas y proyectos.
“En donde hay una mujer que se forma en su liderazgo, hay la posibilidad de que un Pueblo pueda pervivir física y culturalmente. Estos escenarios promueven que un Pueblo pueda entender y fortalecerse en lo propio y lo no étnico para promover los principios fundamentales consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos” dijo con determinación Omaira Cárdenas, lideresa del Pueblo Indígena Kankuamo.
La defensa de los derechos humanos es un llamado para cada persona, una tarea conjunta para su goce efectivo. En palabras de Eleanor Roosevelt, "¿Dónde, después de todo, comienzan los Derechos Humanos? En lugares pequeños, cercanos a casa". Estos lugares, como nuestro entorno personal, barrio, escuela o lugar de trabajo, son cruciales para buscar igualdad, justicia y dignidad sin discriminaciones.
La inversión en iniciativas locales lideradas por mujeres es fundamental para la promoción y defensa de los derechos humanos. Siguiendo este enfoque, además, de la formación de liderazgo de mujeres y niñas, fueron apoyadas iniciativas locales de la Fundación Mujeres Resilientes Constructoras de Paz en Barbacoas y el Cabildo Mayor Awá de Ricaurte - CAMAWARI en materia de autoprotección, activismo para la prevención de violencias basadas en género, sanación y recuperación emocional.
Este proyecto además contribuyó a la creación del Primer Plan Departamental de Prevención con énfasis en la protección de las mujeres en Nariño, a partir de la construcción participativa de propuestas desde las voces de lideresas de la Red Subregional de Alertas Tempranas del Pacífico y Piedemonte Costero Nariñense y participantes de la Escuela Étnica Itinerante. “En cada escenario, desde el escritorio, desde el territorio, las mujeres defensoras promovemos los derechos ¡Qué la equidad sea un hecho!” expresó Patricia Chindoy, Lideresa Indígena Kamsá y participante del proceso.
Este 75 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, nos insta a continuar construyendo la paz desde lo local, garantizando que cada individuo, sin distinción alguna de raza, origen, género o cualquier otra condición, pueda disfrutar plenamente de sus derechos y contribuir a un mundo más justo y equitativo.
Con la colaboración de Codhes.
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