Jhon Fredy Ortiz Asprilla, es un joven de 29 años, habitante de la comunidad Calle Quibdó, perteneciente a la organización juvenil Semillas Negras. Actualmente estudia administración de empresas y se encuentra cursando décimo semestre. Reconoce que acceder a la educación superior en Quibdó fue especialmente difícil ya que no contaba con recursos económicos, pero a pesar de esto, rescata que ha sido un proceso gratificante y de mucho aprendizaje. En el 2020 inició su recorrido por los caminos del liderazgo comunitario “me visionaba siendo líder de la comunidad para ver en qué podía aportar y cómo podía cambiar muchas cosas que no estaban funcionando bien” es así que fue representante legal del Consejo Comunitario Local de Calle Quibdó. En sus palabras y acciones se entiende un alto sentido de pertenencia por su comunidad, sobre la que recuerda sus inicios. Según sus familiares, Calle Quibdó fue conformada por diez familias y con el paso del tiempo arribaron personas provenientes de otros corregimientos, muchos de los primeros pobladores ya han fallecido, pero Jhon Fredy resalta la importancia que tienen los mayores y las mayoras que aún viven y que son una significativa fuente de conocimiento “nos enseñan muchas cosas, una de ellas es partera, conoce cómo curar los parásitos, el mal de ojo y tratan de enseñar a los niños y niñas para que también aprendan acerca de la medicina tradicional”.
La comunidad ha vivido grandes cambios a lo largo de su historia, geográficamente sus pobladores afirman que el río era angosto, pero debido a los desbordamientos, la comunidad se ha visto obligada a mover sus viviendas adentrándose en la selva, aunque han intentado gestionar apoyos en la Alcaldía y en Codechocó no se ha conseguido una solución a esta problemática, ya que se considera que podría tener un impacto ambiental considerable. De esta manera Jhon Fredy identifica riesgos adicionales como la alteración del orden público debido a la presencia de actores armados en la comunidad de manera esporádica, las malas condiciones de puentes, que han generado caídas, con el agravante de la falta de un centro o puesto de salud en la comunidad.
La paz y la mejora de las condiciones de vida de las comunidades se forjan con el acceso a una educación de calidad, es por esto que, en el Día Internacional de la Educación es importante rescatar el llamado de "aprender para una paz duradera”. En el caso de la comunidad de Calle Quibdó, Jhon Fedy considera que se requieren herramientas para los docentes, reconociendo que esto ha generado una brecha importante “cuando salimos del campo rural, a la zona urbana, sentimos mucha desventaja frente a los niños y jóvenes que estudian allá”. Jhon Fredy es consciente que la educación es un derecho, pero la comunidad se siente abandonada y no siente que la institucionalidad les cumpla. Reflexionando afirma que “la educación es importante para los niños, niñas y jóvenes de Calle Quibdó porque esto nos permite a nosotros como adultos mejorar las condiciones de ellos y ellas, les permite contar con conocimientos que les ayudarán a desempeñarse en cualquier ámbito de la sociedad”.
Sin duda alguna, la educación juega un rol fundamental no solamente en la consolidación de la paz de las naciones y en cada uno de los territorios, sino que también aporta a la construcción de sociedades más inclusivas y equitativas “por medio de la educación se desvía a las poblaciones vulnerables de los diferentes caminos delictivos que existen, y nos ayuda a evolucionar como personas. Siempre que una persona se educa ayuda a mejorar las condiciones de vida, no solo para él, también para la sociedad. Creo firmemente ayuda mucho a mejorar las condiciones de igualdad de género, por supuesto que también ayuda a romper ciclos de pobreza”.
Aunque los y las jóvenes reconocen la falta de respuesta y de oferta educativa en su comunidad, han impulsado iniciativas y acciones por medio de la organización juvenil Semillas Negras, las cuales promueven diferentes expresiones artísticas entre los niños, niñas y adolescentes de Calle Quibdó “la forma en la que desarrollamos acciones educativas es a través de diferentes artes como música, escultura, teatro, literatura, danza y pintura las cuales se llevan a cabo en los diferentes sembrados con los y las sembradoras que nos ayudan de manera voluntaria a llevarlo a la práctica.”
En torno a la construcción de Paz en la comunidad, Jhon Fredy recalca que es complicado a pesar de que los líderes generan espacios para que los habitantes aprendan acerca de los tipos de violencia, cómo prevenirla, y que esta va más allá del conflicto armado, pues esta se evidencia en las familias “para tener un proceso de paz comunal debemos estar todos en conjunto trabajando para conseguirlo, pero a veces se evidencia mucha indisposición”, aludiendo este desinterés a la falta de educación de los adultos en su comunidad, por lo que como líderes han comenzado a fomentar espacios para los niños y niñas quienes son reconocidos como una fuente de reflexión para sus padres y madres.
Se percibe que, durante muchos años, Calle Quibdó estuvo en el anonimato, pero hoy se destacan diversos liderazgos como Cocco Kilele, Jhon Fredy y otros jóvenes que siguen sus pasos, incluso los padres y las madres motivan a sus hijos y a sus hijas para que participen en actividades organizadas por Semillas Negras “hay mucha participación juvenil, lo cual es importante para la comunidad y la sociedad”.
Calle Quibdó es una comunidad que tiene inmensas capacidades entre las que Jhon Fredy destaca el perdón y la reconciliación “buscamos la comunicación para resolver a través del diálogo y solucionar las adversidades” evidenciando el sentido de unión en la comunidad y la capacidad de liderazgo entre sus integrantes.
Semillas Negras espera que, en el futuro, los y las jóvenes participantes tengan claridad sobre lo que quieren, esperan construir con ellos y ellas la base de un mejor futuro, rescatar la juventud de factores dañinos que se encuentran en el entorno. Saben que por medio de Mae Kiwe Intercultural se puede incidir ante los tomadores de decisiones “crear consciencia ante los entes gubernamentales acerca de las poblaciones olvidadas y que requieren ayuda, es un derecho que deben garantizar a la comunidad, esperamos que a través de Mae Kiwe se pueda generar consciencia y articular para que los y las jóvenes puedan participar en espacios de incidencia política”.
Con el apoyo de Julieth Pacheco, coordinadora junior de comunicaciones de War Child
Fotos por Michael Jessurun
Sobre el proyecto
El proyecto "Mae Kiwe Intercultural: construyendo puentes y fomentando el aprendizaje interseccional para impulsar la participación política y de consolidación de la paz segura y significativa de las mujeres y hombres jóvenes afrodescendientes e indígenas en Colombia" es financiado por el Fondo para la Consolidación de la Paz del Secretario General de las Naciones Unidas (PBF por sus siglas en inglés) y su objetivo es forjar y fortalecer un entorno social y político protector en el que los jóvenes de las comunidades afrodescendientes e indígenas, especialmente las mujeres jóvenes, participen e influyan en los procesos de paz y toma de decisiones junto con y en cooperación con las instituciones gubernamentales locales y regionales, y estén protegidos contra los graves riesgos y violaciones asociados con la participación cívica y la incidencia.