Ya está en línea el informe de resultados 2020 del Fondo Multidonante para el Sostenimiento de la Paz en Colombia. En esta versión el Fondo decidió contar sus avances a través de las voces de las comunidades resilientes, mujeres, jóvenes, líderes, excombatientes, comunidades étnicas, quienes trabajan día a día por la paz en los territorios.
El 24 de noviembre de 2016 fue quizá una de las fechas más importantes en la historia de Colombia. Desde las regiones más lejanas hasta la comunidad internacional veían con incertidumbre el momento que marcaría un cambio sobre lo que ha sido el fin de un ciclo de violencia en el país, pues ha impactado la vida de miles de personas. La palabra paz comenzaba a ser parte de la nueva cotidianidad y comenzaba a resonar.
Esa sociedad, que había sufrido décadas de violencia, comenzaba a vislumbrar la esperanza de trabajar juntos para permitir gestar un cambio; una base para que llegara la anhelada paz.
Construcción colectiva
“Para sacar adelante la paz, es clave que todos juntemos esfuerzos”. Peter Ptassek, Embajador de Alemania en Colombia
En ese camino de construcción colectiva, se establece el Fondo Multidonante de las Naciones Unidas para el Sostenimiento de la Paz en Colombia (en adelante El Fondo) entre el Gobierno, países donantes y Naciones Unidas para apoyar inicialmente la respuesta rápida e implementación temprana del Acuerdo, y posteriormente, promover acciones que apunten a la consolidación de paz en los territorios.
A pesar de los continuos esfuerzos realizados por parte del Gobierno en el país para promover la paz y la reconciliación, la violencia aún es palpable en varios lugares, dado el incremento del accionar de otros grupos criminales que estaban presente en estos territorios incluso desde antes de la firma del Acuerdo Final.
Adaptación a nuevos contextos
En 2020, la pandemia por la COVID19 ha implicado retos adicionales para el país, no solo en el componente de salud, sino también en el plano socioeconómico, la presencia territorial de autoridades estatales y las nuevas dinámicas de inseguridad en muchas comunidades. Pese a ello las poblaciones de los territorios más afectados, así como las instituciones, han mostrado su resiliencia.
Allí, donde la violencia persiste, la voz de las comunidades y de las y los defensores de derechos humanos se convierte en protagonista, para proteger la vida de sus comunidades de la mano con las instituciones encargadas, visibilizar la violencia, la desigualdad y la necesidad de transformar los territorios.
Voces en pro de la paz
“Si quieres algo con fuerza se vuelve posible, y lo que queremos es la paz, así que cambiar la vida, aprender un trabajo nuevo y trabajar muy duro ya no es tan difícil”. William, reintegrado FARC.
Sin esa voz que representa la diversidad de regiones, culturas, paisajes, ideologías en los territorios, la consolidación de la paz sería aún más difícil de lo pensado. Es por ello que el Fondo en el 2020 se propuso priorizar a quienes protegen con su vida la paz y fortalecer a las organizaciones de la sociedad civil para que desde su propia visión encuentren modos y caminos para trabajar en pro de la construcción de la confianza con el Estado.
Por esta razón, y con el fin de visibilizar a estas comunidades resilientes, mujeres, jóvenes, líderes, excombatientes, comunidades étnicas, así como las y los funcionarios públicos, quienes trabajan día a día por la paz en los territorios, que El Fondo decidió contar los avances del 2020 a través de sus voces, vivencias y experiencias de transformación.
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